De la vida, fuiste valiente jinete,
un río bravo,
un monte silvestre.
Fuiste rayo y tormenta.
Amor y ternura coronaban tu frente.
Fuiste un brazo tendido,
menta, alegría, carnes y vino.
También fuiste simiente:
nos enseñaste el sentido
de lealtad y familia.
No te olvidaremos nunca, Paco.
Te querremos siempre.